CONCEPTOS BÁSICOS Y ERRÓRES MÉDICOS MÁS HABITUALES
Una negligencia médica es una acción u omisión realizada por un médico en el desempeño de su profesión, realizada con falta de cuidado o con manifiesto descuido. Tiene lugar cuando el médico u otro profesional sanitario (enfermeros, auxiliares de enfermería, etc.) actúan sin cumplir con las normas y protocolos que rigen su profesión. Sucintamente el profesional hace algo indebido o bien, no ha hecho algo que venía obligado a hacer –con consciencia o sin ella- lo que, si causa daño al paciente, le obligará a hacerse responsable.
Una impericia médica, es un acto que evidencia falta de capacitación técnica por parte del profesional. No cuenta con los conocimientos, experiencia o habilidades necesarias para realizar un concreto acto médico y al llevarlo a cabo, se ejecuta de manera deficiente. Se daña al paciente porque por desconocimiento, no se le presta la asistencia y/o servicio diagnóstico o terapéutico necesario. Ej.: no se identifica bien una sintomatología, lo que produce un diagnóstico tardío o erróneo de una patología que -al evolucionar- causa daños irreversibles o incluso la muerte del paciente
Una imprudencia médica es algo más grave. Se trata de actos médicos impropios del profesional: un actuar improcedente que pone en peligro al paciente y que puede ser leve, grave o muy grave, dependiendo de en qué haya consistido la acción y el resultado dañoso derivado de la misma. Las imprudencias temerarias pueden ser consideradas delito, aunque no es lo habitual. Y no lo es porque los médicos tienen como misión curar y no dañar a los enfermos. Ejemplo de imprudencias: Leve: excesiva confianza del médico ante los síntomas; Grave: no tomar medidas por considerar que no se van a producir consecuencias; Muy grave: amputar un miembro sano en lugar del que sufre gangrena.
El error médico es también un concepto genérico que define un actuar incorrecto, que puede tener o no consecuencias dañosas para el paciente. Existen errores de los que no se deriva un daño directo. Ej.: el médico comunica a un paciente que sufre una enfermedad, que no padece; o le prescribe un medicamento que no está indicado para su enfermedad o que incluso, está contraindicado, pero el paciente no sufre daño.
Negligencia médica es un término genérico que engloba a una totalidad de acciones médicas no apropiadas atendiendo a normas y protocolos médicos de actuación. La salud del paciente se pone en riesgo por una mala actuación del profesional sanitario o del propio sistema de salud que viene obligado a prestarle ese servicio.
Descendiendo al terreno práctico, las negligencias médicas más frecuentes son:
- No facilitar los medios técnicos y/o humanos para el diagnóstico y tratamiento de los pacientes. El supuesto más habitual es el de una persona que necesita ser atendida en un Servicio de Urgencias y se le deja esperando durante horas en la sala de espera o en el pasillo en una camilla. También cuando se solicita una ambulancia y no acude a tiempo o tratándose de una situación grave –síntomas de infarto- se le envía una unidad de traslado, en lugar de una UVI móvil.
- La tardanza en realizar un diagnóstico.Si los profesionales sanitarios se retrasan o tardan mucho en diagnosticar una patología, el transcurso del tiempo tiene consecuencias –en ocasiones nefastas- para el curso de la enfermedad. Al no recibir el paciente el tratamiento adecuado a tiempo, puede sufrir graves secuelas o incluso perder la vida.
- Omisión de información al paciente. El paciente siempre tiene derecho a conocer y aceptar todo el riesgo que corre o asume en un tratamiento médico o intervención quirúrgica. Necesita conocer a lo que se enfrenta para poder decidir si asume el riesgo. No informar adecuadamente sobre el procedimiento, los riesgos, las alternativas o las posibles consecuencias de un tratamiento o intervención (secuelas, pérdida de funciones, riesgo de muerte, no obtención del resultado pretendido, etc.) puede ser origen de responsabilidad médica, siempre que se produzca un daño.
- Mala prescripción de medicamentos. Los profesionales de la sanidad se equivocan y por error, prescriben medicamentos no adecuados para la enfermedad que sufre el paciente. Pueden ser inclusive fármacos o medicamentos contraindicados y que -por la situación clínico médica del paciente- le provoquen un agravamiento con consecuencias, incluso, fatales.
- Errores/fallos en intervenciones quirúrgicas. En las intervenciones quirúrgicas se pueden producen errores, bien por circunstancias ajenas al médico –un instrumento o máquina del quirófano deja de funcionar- o bien, por un puro error humano –se secciona un vaso sanguíneo- que causan daños irreversibles o fatales al paciente sobre la mesa de operaciones.
- Infecciones nosocomiales. En el ámbito de la salud, una infección nosocomial o intrahospitalaria es la contraída por pacientes ingresados en un recinto de atención a la salud, no sólo hospitales. Se adquieren durante la estancia y no son la causa del ingreso. También se denominan: contagio hospitalario; infección intrahospitalaria; infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria; efectos adversos ligados a la hospitalización; Infección por gérmenes resistentes o infección oportunista. Las más frecuentes son las urinarias, las respiratorias y las de la piel.